Antes de empezar a hablar sobre la baja presión, primero tenemos que poner en contexto el tipo de persona que tiene presión baja.
Empecemos por quienes padecen hipertensión arterial, si una persona ya toma medicamentos para la presión, y tiene cifras menores a 100 en la primer cifra (sistólica) y/o menos de 60 en la segunda cifra (diastólica), es presión baja o también llamada hipotensión. Muchas veces, es por efecto exagerado del medicamento, ya sea porque se ha tomado doble dosis, o porque el paciente ha hecho cambios en su estilo de vida que hacen que no requiera tanto medicamento como: al perder peso, llevar una alimentación sana, dejar de fumar y hacer ejercicio. Otra causa común es la reducción en la ingesta de líquidos, que lleva a la deshidratación. Si no hay alguna de estas causas y la persona disminuye su presión arterial en las cifras ya comentadas, debe de buscar atención médica para su valoración.
Si además se acompaña de mareo, desmayo, sudoración fría y profusa, debe de acudir a un servicio de urgencias a la brevedad para valoración. Si se trata de una persona sana, se le llama hipotensión a la disminución de la presión arterial por más de 20 mmHg de la presión habitual que se haya tomado previamente. Para eso, hay que checarse la presión arterial regularmente.
Hay muchas personas que manejan presión que le llaman bajas, por ejemplo 90/60, 80/50, y que les han dicho que “sufren” de presión baja. Esto es incorrecto, ya que esta es su presión arterial habitual y no es una anormalidad; de hecho, tienen menor riesgo de tener enfermedades cardiovasculares en el futuro. Pero si hay alguien que habitualmente tiene una tensión arterial de 100/60, tiene mareo y debilidad, y al tomar su presión resulta de 80/50, ahí sí hay presión baja y se debe de buscar la causa.
El uso de las famosas “gotitas” para subir la presión tienen su indicación específica, y no se deben de usar en forma indiscriminada, ya que en personas susceptibles pueden producir taquicardia, además de que su efecto se limita a solo 5 minutos como máximo.
Aun así, es conveniente hacer sus revisiones periódicas de presión y también consultar con un médico sus dudas, de preferencia con conocimientos sobre el tema.