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Promovamos la salud en familia

Cuando alguien resulta enfermo del corazón en la familia, nos vienen muchas preguntas a la mente: ¿es hereditario? ¿le puede pasar lo mismo a todos? ¿Cómo podemos prevenirlo? Dado que las enfermedades cardiovasculares son cada vez más frecuentes a edades más tempranas, nos preocupa que nosotros, o las generaciones posteriores sufran los mismos problemas.

Primero que nada, hay enfermedades que sí son hereditarias, pero son mucho menos frecuentes, tales como el Síndrome de Marfan (donde hay dilatación, aneurisma y ruptura de la aorta), ciertas Cardiomiopatias, trastornos del ritmo cardiaco, el Sindrome de Brugada y otras menos frecuentes que ya han sido encontradas en Sonora. Estos se diagnostican con electrocardiograma, y se puede hacer diagnóstico genético en un laboratorio especializado para confirmar la sospecha.

En el caso de las enfermedades cardiovasculares relacionadas a la ateroesclerosis (obstrucción de las arterias) que producen infartos cardiacos y cerebrales, la enfermedad no se hereda en sí, lo que se hereda son los factores de riesgo que la producen, tales como la hipertensión, diabetes, colesterol elevado, obesidad, y otras causas. Esto es mucho más fácil, solo se interroga a ver quién lo tiene en la familia, y hacerse los exámenes necesarios para detectarlos, ya sea con laboratoriales o con la toma de la presión arterial, y revisando nuestro peso y talla. Si todos en la familia son hipertensos, diabéticos, o tienen colesterol elevado, pues queda claro que hay que hacerse los exámenes y llevar tratamiento para prevenir que se tape una arteria, no cuando ya pasó algo malo.

Lo que tenemos que trabajar para prevenir definitivamente, son los malos hábitos para la salud. Cuando en la familia se fuma, es obvio que hay mayor probabilidad de que las siguientes generaciones fumen, y con ello todas las malas consecuencias. Si en la familia no se hace ejercicio se tiende a obesidad y sobrepeso. Si la familia acostumbra comer mal en calidad y mucho en cantidad, con el uso excesivo de refresco y bebidas azucaradas, están propensos a padecer sobrepeso y diabetes. Y así sucesivamente, es mucho más efectivo tener hábitos saludables, evitar fumar, hacer ejercicio y comer sanamente. Cuando se tienen buenas costumbres, se heredan, y es mucho más barato y efectivo que gastar en medicamentos caros y procedimientos curativos.

Promovamos la salud en familia y hagamos de nuestro estado de los últimos lugares en obesidad infantil, y evitemos más enfermedades del corazón para nuestras generaciones y las futuras.

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