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Este mundo en crisis en el que nos bombardean con motivos para preocuparse, con ese exceso de información que nos llega por todos lados entre Facebook, WhatsApp, noticieros, etc. Tienen como efecto final el aumento del estrés cotidiano, viviendo siempre preocupados y con miedo.
Si le agregamos que el trabajo y las necesidades actuales de pagar deudas y tener más y más cosas, llevan a las personas a terminar con niveles altos de ansiedad y preocupación. Está demostrado que el corazón no está preparado para mantener niveles altos de adrenalina. Y no es solo el corazón, el estar expuestos a tanto estrés disminuye las defensas naturales del cuerpo y nos hace propensos a padecer una infección grave, un cáncer o diabetes.
Hablemos del corazón, órgano que trabaja 24 horas al día. Su trabajo es bombear la sangre a todo el cuerpo. Ante las necesidades del cuerpo, aumenta el número de latidos por minuto y el diámetro de las arterias coronarias para tener más flujo de sangre hacia todo el cuerpo y al corazón mismo. Este sistema automático responde ante la solicitud del cuerpo: el estrés. Todos podemos sentir ese efecto en el cuerpo, en forma automática. Si este efecto es ya conocido y siempre sucede, ¿Cómo afecta al corazón?
Hay estímulos moderados y positivos que hacen que el corazón se acondicione en forma ordenada, como es el caso del ejercicio, en que se secretan hormonas y neurotransmisores que sabemos que aumentan la vida, mejoran la inmunidad, reducen la probabilidad de enfermedades cardiovasculares, etc. En cambio, con las emociones negativas es completamente diferente, el enojo, la ansiedad, la culpa, los celos, todas las emociones negativas hacen que se liberen hormonas y neurotransmisores diferentes, manteniendo el corazón acelerado, la presión elevada, y un gran número de sustancias que a largo plazo producen daño directo al corazón y las arterias. Quien vive enojado, ansioso, preocupado, lo hace la mayor parte del día, y lo que es peor, sin razón alguna, sin saber que el vivir así daña al corazón. Hay otras emociones, la depresión, la tristeza, e incluso el no sentir emoción alguna, tienen un efecto similar, aunque la respuesta del corazón no es de aumentar su trabajo, es de producir sustancias que producen ateroesclerosis y bajar las defensas del cuerpo.
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El cuerpo no está hecho para permanecer en estados negativos, porque aunque no sea una amenaza real (la mayor parte del tiempo sucede en nuestra cabeza) responde como si realmente estuviera en peligro, y esta respuesta negativa daña al cuerpo a largo plazo. El estrés está diseñado para que suceda y se suelte esa emoción, no para permanecer en ella horas, días, meses o ¡años!
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¿El remedio? ¡Ser feliz! Todos tenemos momentos difíciles, eventos fuera de nuestro control, pero la respuesta mental a estos sucesos es completamente dependiente de nosotros. Hay que disfrutar más la vida, pasar más tiempo haciendo y viendo cosas que nos hagan felices, y no olvidarnos de que tenemos a nuestras familias y amigos para ser felices y ver más cosas buenas que malas. Nada es más valioso que la salud y la oportunidad de estar vivo para disfrutar la vida.
Si usted quiere cuidar su corazón, llénelo de emociones positivas y evite permanecer en estados de ánimo negativos por tiempos prolongados, verá que su corazón y su cuerpo entero lo agradecerá.